La Navidad siempre ha sido muy propicia para este tipo de
marketing. Todos recordamos el emotivo y pionero anuncio de la magistral
campaña de Marketing de la famosa marca de turrones "El Almendro".
Mucho ha evolucionado el Marketing desde que en cada Navidad sonaba por nuestras televisiones el famoso
eslogan "vuelve, a casa vuelve, por Navidad" Este anuncio conseguía
año tras año llegar al corazón de los españoles independientemente de la situación
económica que hubiera en ese momento. Ante la tendencia aspiracional y de
estatus, el anuncio año tras año se seguía emitiendo consiguiendo su propósito.
Aunque hay marcas como Coca Cola o Apple que tienen en su ADN el Marketing Emocional,
actualmente, en tiempos difíciles y en Navidad,
son algunas las marcas que quieren coger el relevo de tan famosa y
emotiva campaña navideña. Por encima del producto, y con el crecimiento tan
acelerado de las marcas blancas, las marcas intentan conseguir un engagement
con el cliente transmitiendo unos valores, unas emociones y unos sentimientos
que hagan al cliente tener empatía con la marca. Para ello, el Neuromarketing
juega un papel fundamental y las experiencias que intenta trasmitir el
Marketing actual de forma generalizada cada vez son más completas y sensoriales
intentando entrar en todos los sentidos del consumidor (olfato, oído, gusto, vista,
y tacto)
Según un estudio Consumiendo emociones: Inteligencia emocional aplicada al marketing de Marianela Matías, los propósitos del Marketing Emocional serían
los siguientes:
- El consumo no se produce de forma racional, sino que las decisiones de compra se encuentran dominadas por las emociones: Las marcas tratan de seducir al consumidor utilizando esas emociones, para que abandone su parte racional y se deje conquistar con el corazón.
- El Marketing Emocional genera emociones. Emociones que hacen que nos decantemos por el consumo de un producto u otro: La mayoría de las compras que efectuamos cada día vienen impulsadas por emociones que sentimos en un determinado momento que nos conducen a la acción de compra, decantándonos no solamente por comprar o no un producto, sino por elegir uno en lugar de otro, siendo incluso similares.
- El marketing Emocional se basa, no en enseñarnos las múltiples cualidades de un producto, sino en agitarnos para sentir emociones y sin darnos cuenta desear producto: El marketing se ha preparado para emocionarnos e intentar transmitir experiencias, el producto en sí, destacando sus características, ha pasado a un segundo plano.
- El Marketing Emocional se ha convertido en una fórmula de reputación, imagen y venta que funciona: No sólo se trata de vender un bien de una marca determinada, sino de crear emociones al consumidor y en muchas ocasiones que sienta que la marca forma parte de su estilo de vida, identificándose con la marca.
Conclusión
El Marketing Emocional y la Navidad son buenos compañeros
de viaje sin ningún género de dudas. Por regla general, estas campañas se
consiguen hacer virales y no falta la ocasión de que sean tema de conversación en
más de una tertulia.
Pero no es todo positivo. La proliferación de este tipo
de anuncios puede hacer inmune al consumidor de las emociones que pretenden
aflorar. Por otro lado, (tal y como se puede apreciar en los anuncios) el
mensaje se aleja demasiado del producto o la marca, dando relevancia al mensaje
y dejando en un segundo plano al producto que se pretende vender.
También puede ocurrir que las emociones llevadas al extremos haga que sea poco
creíble el mensaje, como ha sido el caso del anuncio de la Lotería de Navidad
el cual, sin ser un mal anuncio este año, ha sido motivo de muchas críticas e ironías
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